Blablabla

sábado, 23 de abril de 2011

embriaguez lacerante (Jessica Sánchez Uhohoho)

        A veces la monotonía, el no saber que hacer nos puede, nos hace vivir en una burbuja en la que el sentimiento le toca hacer un papel secundario, buscas la mas mínima escapatoria para alejarte de ese mundo, y es lo que mi instinto me empujo a hacer, y pensé ir me vendrá bien, pero no contaba con que el sentimiento quisiese tener el papel principal en esta obra…
no contaba con que salir de la monotonía iba a suponer eso, el encontrarme con esos ojos azules, y ese aire despreocupado, yo ya tenía unos ojos a los que mirar, alguien en el que pensar, pero ¿Por qué esa sensación? Una mezcla extraña entre anhelo y locura, sorpresa y obviedad, será el cambio de rutina pense.
Pero, ¿qué hacer cuando el hombre que es dueño de tu corazón es suplantado por un don nadie con aires de superioridad? Es irreal, quien se cree para estar dentro de mi cabeza de esa forma, que le mire como una tonta y me ría por nada.
Mi subconsciente me alerto, sus palabras hicieron eco en mi cabeza, “te estás comportando como una cría, tu ya tienes a quien querer” recobre la razón en un burdo intento de zafarme de aquel instante en que sus palabras fueron una caricia tan suave que apenas la percibí, pero que hicieron que olvidase todo, que mi corazón se acelerase por su inesperada proximidad, me sentí como caperucita en manos del lobo, tan aterrada por lo que sentía, pero con ganas de dejarme llevar.
Siempre soñé con un príncipe azul no con un lobo feroz, que cada día jugaba con una presa, pero que me hacía sentir única, aunque supiese que era una de tantas, aún sabiendo eso mis sentimientos se revelaban contra mi pensamiento en un afán de llevar la razón.
En el momento en el que mi tren llegó con destino a la monotonía de siempre, sentí como mis sentimientos querían quedarse allí grabados en el andén en un beso de los años 70’s, con el argumento malo de las películas de entonces, “caperucita roja es conquistada por lobo con ansias de una presa más a su colección”, mi orgullo se negaba a un argumento tan pobre como aquel, y mis sentimientos estaban ya cansados de querer ganar a la razón, a si que sumisos ya por rendición y confusión pensaron: “Es mejor malo conocido, que bueno por conocer” y así mi tren se puso en marcha con destino a la parada: MONOTONIA

1 comentario:

  1. Legadema Says:

    Mmmmm Rica rica entrada para los ojos de una servidora!!! Y hablando de ojos, no pierdas de vista la importancia de ver otra mirada en tu camino hacia Monotoniatown^^

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